Estamos
a dos años de celebrar el bicentenario de la independencia, y como resultado de
un país republicano los departamentos (porque Regiones no existen), no han
dejado de ser un nombre en el mapa peruano.
Sabemos que Loreto está en el Oriente, Tumbes al Norte Tacna al Sur, y
Puno al Sur Este, puesto que cuando vemos nuestro mapa nos lo señala
claramente.
Pero
¿Qué ha pasado con nuestros departamentos?, ¿Cuál ha sido el aporte a nuestra
vida republicana? Es muy difícil decirlo puesto que nuestra historia, como
nuestra economía han sido estrictamente centralistas, no solo actos de gobierno
sino en el accionar de los actores y actrices de la historia.
Sin
embargo, como podemos ver en los hechos de nuestra historia, las oportunidades
no han sido exclusivamente centralistas o aristocráticas como podríamos creerlo
o deducirlo; por el contrario, los actores de nuestra historia han sido
provincianos. Sin embargo, tal vez las circunstancias, y/o la gran urbe
(Lima), han absorbido a estos provincianos para convertir su mirada en
centralista, contribuyendo a lo que es hoy nuestro país, como lo solía decir
Abraham Valdelomar: “El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert soy yo”.
Por ejemplo, al referirnos
a Puno y los puneños en la formación y participación de la vida Republicana,
(dejando a salvo la gran participación en la gesta de las ideas revolucionarias
que posteriormente consolidaron nuestra independencia), particularmente creo
que hemos tenido una participación importante y de forma determinante, puesto que entre los primeros
actores de la vida independiente existen puneños renombrados, cuya
participación llegó inclusive hasta la dirección de nuestra patria como
Presidentes de la República, y que su actuar ha tenido determinación de nuestro
ADN republicano así como en la actual configuración de nuestro territorio, me
refiero a José Rufino Echenique y Miguel deSan Román.
José Rufino Echenique es un paisano nuestro,
nacido cuando el Perú era parte de la Colonia Española, nos estamos refiriendo
al año 1808, (26 de noviembre), y que a
opinión mía se crio con ideas independentistas debido al incidente de su niñez,
en el que fue secuestrado por un pastor para salvarlo de la revolución de Mateo
Pumacahua y los Hermanos Angulo, que disponían la muerte de todos los
españoles, por lo que fue criado por una
familia indígena durante dos años, hasta
que fue reconocido por un funcionario de Correo y devuelto a sus padres,
quienes lo llevaron a Lima, donde estudió en el Colegio Príncipe, pero llegado
el periodo de la Independencia se enlisto en las filas del Ejército Libertador
comandado por José de San Martín, y desde allí inició una carrera militar
vertiginosa, que lo encumbraran en la Presidencia de la República en el año
1851 hasta 1854. Su carrera político
militar es muy interesante, habiendo gozado de momentos victoriosos, como
derrotas que lo llevaron a estar en prisión, como la que pasó en la Isla
Esteves de Puno en el año 1923, hasta el conocido abrazo de Maquinhuanyo con el
que se culminó la Rebelión del General Pablo Bermúdez contra el gobierno del
General Orbegoso. Como a todo político
peruano se le puede resaltar por sus obras, sus logros y tendríamos a un gran
estadista, pero también por sus desaciertos, y tendríamos a un personaje muy
triste en la historia, lo que en general es parte de nuestra historia y las
experiencias que han formado nuestros genes.
Particularmente me permito reclamar que sus obras importantes no
incluyen en asomo a nuestro querido Puno, pero lo más grave y que es la
herencia que hoy vivimos (como nuestros escándalos de Odebretch y demás), es el
escándalo que envolvió su gobierno con respecto al pago de la deuda interna, y
donde se denunció que pese a que si bien el Estado (durante el Gobierno de
Castilla) reconoció una deuda con los ciudadanos que colaboraron con la campaña
de la Independencia (que se denominó la consolidación) que ascendía a 4
millones 879 mil 607 pesos de plata, y que la deuda individual de cada
ciudadano no podría ser mayor a los 6 o 7 millones de pesos. Durante
el gobierno de Echenique se reconocieron deudas individuales de más de
25 millones de pesos es decir más de 19 millones adicionales.
Respecto de nuestro otro
paisano que ha ejercido el mayor cargo republicano, es Miguel de San Román, quien pese a ser descendiente del conquistador
Francisco Pizarro, tuvo la influencia de su padre, que pese a ser oficial de la
armada Española se enrolo en las luchas independentistas promovidas por los
caudillos Pumacahua y los hermanos Angulo, siendo derrotado, tomado prisionero
y posteriormente fusilado en la presencia de su hijo Miguel. Bajo estos antecedentes se tuvo que enrolar
al Ejército Realista, pero en la primera oportunidad que tuvo (expedición al Sur
para combatir a la ejercito del Coronel Guillermo Miller) desertó del mismo,
para unirse en la causa libertaria, y
sirvió en el ejército del General don José de San Martín, participando en
hechos históricos como la batalla de Mirave, el primer sitio del Callao y la
derrota de Macacona. Posteriormente
sirvió en los ejércitos de Simona Bolívar, culminando su lucha por la independencia
en las batallas de Ayacucho y Junín; luego durante la República y con toda la
convulsión de poder que existió ejerció muchos cargos de mando en el ejército y
de la organización política del Estado, fue por ejemplo prefecto de Puno. De San Román la historia cuenta anécdotas que
hoy serian desastrosas en la carrera de un militar, como por ejemplo cuando en
la Batalla de Ingavi en territorio boliviano se le dio la orden de resguardar
la retirada con la caballería, interpretó mal la orden y se retiró con la
caballería, destruyendo el Puente de Desaguadero as u paso, estando aún las tropas peruanas en suelo
boliviano, hecho que se agravó, en desmedro del país, con la muerte del
presidente Gamarra en la filas del combate.
Entre los cargos políticos que ostentó, podemos recordar que fue electo
senador por Puno y diputado por Lampa, fue contrincante político de su paisano
Rufino Echenique (que era auspiciado por Ramón Castilla) quien lo venció en las
elecciones del 1851, donde sólo obtuvo 6.3% de votos, por lo que fue su
opositor acérrimo, lo que le valió el destierro a Chile. Sin embargo (como es normal en la política
peruana), volvió al Perú y continuó su carrera política, desempeñando cargos
como Ministro de Guerra y Marina,
diputado ante la Convención Nacional (Congreso Constituyente), y
finalmente electo Presidente Constitucional de la República, cargo en que
falleció en funciones. Su obra más
importante puede ser el inicio de sistema financiero moderno, así como la
adopción del sistema métrico decimal de
peses y medidas, respecto de las obras públicas de su gobierno fueron la
continuación de Castilla que en buena cuenta fue el auspiciador de su
presidencia democrática.
Como podemos apreciar los hijos de Puno hemos estado siempre presentes
en la historia del Perú, pero Puno ha sido siempre el gran olvidado, pese a que
por su riqueza y ubicación geopolítica ha sido siempre importante en el
desarrollo del país republicano y colonial.
No en vano quien fue el gran auspiciador de ambos personajes a quienes nos
hemos referido, el mariscal Don Ramón Castilla en el año 1834 fue nombrado
prefecto de Puno, pero que renunció al ver los ímpetus por crear un Estado
Federado desde Puno, y es que nuestra tierra como lo dice nuestro himno es una
tierra de luz, pensamiento y libertad, donde se han fusionado aimaras de
bruñido bronce y quechas de gran sabiduría, por lo que nosotros sus hijos hoy
tenemos una deuda generacional para con su futuro.
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