CIEN DÍAS DE GESTIÓN EN LA MUNICIPALIDAD
EL INICIO DE UN SUEÑO DE PROGRESO
Un viejo adagio del sabio
Martín Fierro, dice “no hay plazo que no se venza, ni deuda que no se pague”, y
como todo plazo corre, las gestiones municipales y de gobiernos regionales ya
van a cumplir cien días de gestión. Como
todo ciudadano es nuestro derecho hacer las siguientes preguntas: ¿Cómo ha
empezado esta nueva gestión? y ¿Se está pagando la deuda con el electorado?.
Pero antes de exigir el
cumplimiento de estas deudas electorales, debemos tratar de evaluar la gestión al margen
de las ambiciones políticas o necesidad de tragedia de algunos, puesto que lo
único que queremos es dar una perspectiva de cómo se han iniciado las gestiones
de nuestras autoridades, así como las causas por las que las gestiones de casi
todos los gobiernos descentralizados tienen tantas dificultades.
No queremos justificar a
ninguna autoridad; sin embargo en honor a la realidad nacional, debo confesar
que he escuchado a varias autoridades locales aseverar que no cuentan con un
presupuesto de inicio de gestión puesto que heredan un presupuesto ya aprobado
y comprometido para todo un periodo presupuestal, a lo que se suma las deudas y
falencias de las cortas y politizadas gestiones anteriores.
Es un mal del proceso de
descentralización que debemos ver cómo superamos, tal vez con un banco de
proyectos prioritarios y que se aprueben
de manera tripartita (gobierno central, gobierno local y sociedad
civil), sobre materias fundamentales como saneamiento, educación y salud, y que
deben ser ejecutados obligatoriamente por las autoridades elegidas.
Por ejemplo, en Puno la
planta de tratamiento de aguas residuales debería ser un proyecto prioritario
de ejecución obligatoria, garantizándose su continuidad, sin importar quién
gane las elecciones.
Lamentablemente, las autoridades
han entrado como en casi todo el Perú, esencialmente con una voluntad de
criticar la anterior gestión y se han dedicado a realizar un inventario de
daños y no de proyectos, (es evidente que en proyectos como la remodelación del
Parque Pino, era necesaria la intervención), pero esta debería ser una medida
de excepción y no una regla como se ha convertido en casi todos los gobiernos
locales entrantes.
¿Qué podemos rescatar de
estos cien días? Tal vez el inicio de obras de pistas y veredas en algunos
barrios, la capacitación a funcionarios, o la fiesta de la Candelaria, no sé,
creo que aún esto no es muy trascendente en esta nueva gestión, puesto que para
nombrar estas obras confieso que he tenido que revisar las notas de prensa de
la propia Municipalidad. Las acciones de
esta nueva gestión aún no se hacen evidentes, la lucha por la planta de
tratamiento de aguas residuales se está convirtiendo una mecedora del gobierno
central, que al final justifica su falta de ejecución en la lentitud del
gobierno local y nuestro Alcalde no ha tomado la batuta de esa lucha, pese a
que es una obra primordial que atendería varios sectores, como turismo, salud, medio
ambiente y otros. Sin embargo, auguro, por el bien de nuestro querido Puno,
que las cosas cambien y se dinamicen las gestiones y las obras, puesto que un
alcalde debe tener un rumbo y no buscarlo durante su gestión. El señor Flores no ha definido su rumbo, o
por lo menos éste no es conocido, será tal vez por la debilidad de todo el
sistema político que permite que no se tengan planes de gobierno para postular
sino intenciones arrojadas al azar pues con tanta polarización pocos creen que
ganarán y resulta siendo una suerte de tinka ganar las elecciones.
Todo esto claro salvo mejor
opinión.
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